El voluntariado es una moda imperecedera que me gusta definir como la capacidad humana instalada en función de las necesidades de otr@s. El dejarse llevar por el otr@ y hasta donde el otr@ quiera llegar.
Ser voluntario es un poco una foto que muestra una realidad recibiendo mucho más de ella, que transciende el tiempo pues el tiempo lo cede a otro, que comprende la realidad ajena, porque la hace propia. Todas las realidades son construcciones, pero hay una realidad indiscutible: la de la identidad, la de cómo miramos al otro, la de cómo identificamos a los otros, la de cómo contemplamos al otro y le damos existencia en nosotros.
Definir al/la voluntari@ sería caer en un sin-fin de respuestas academicistas lejanas a la realidad, hablar del rol de voluntario sería redundar sobre lo hecho y lo desecho; en el ser voluntari@s prima el hacer, el deber ser, la empatía, el don de gente, la mirada estática puesta en movimiento para el otro y por el otro, donde va la acción cargada de voluntad y solidaridad. El voluntario comprende, humaniza y se humaniza, se dedica y colabora, se brinda, aprende y crece, se engrandece mental y espiritualmente.
Ser voluntario no se parece a la vida: es vida. Y al ser vida, es algo definitivo, es la génesis de algo, de una parte, de un todo que, indudablemente, está cambiando.

Todo es una imagen que se mueve y se modifica. Todo es ausencia de las cosas que permiten desarrollar una vida plena y que, quienes tuvimos la oportunidad de ver nuestras necesidades básicas satisfechas (y más), no concebimos como una posibilidad el hecho que puedan faltar.
Los voluntarios de TECHO vivimos con esa realidad pero también con la fuerza de los asentamientos, el entusiasmo de la señora que encera su primer piso, la felicidad de un niño con su cuarto propio, los chicos que asisten a un espacio de apoyo escolar, a jugar en una juegoteca con otros, a participar de un espacio de arte.
El voluntariado es una instancia de participación ciudadana; es la construcción de ideales vinculados en la relación con otros y el compromiso por lo colectivo. Solemos decir que tener un techo es un piso porque es el comienzo de algo, un trampolín para animarse a más, una puerta que se abre. A los voluntarios, esa puerta nos conecta con otra realidad; a las familias, las saca de la indiferencia; y a todos, nos acorta la brecha de la desigualdad y la exclusión. Una fotografía refleja la experiencia de una sociedad.
Todos tenemos la capacidad de vivir esa experiencia, por el mero hecho de ser parte de una comunidad. No asumir un rol, es excluir y excluirse. Está en todos entender la realidad, pero para entender hay que participar, desde el lugar que elijamos.

Ser voluntario en muchas imágenes y pocas palabras
Los voluntarios son ciudadanos que, ejerciendo su libertad, optan por realizar acciones organizadas que incidan positivamente en personas socialmente excluidas. Desde el Gobierno de la Ciudad hemos apoyado y consolidado el voluntariado, apostando con acción y convicción a la labor conjunta y articulada, con todos los sectores y actores de la sociedad. El Centro de Voluntariado, los programas de Voluntariado en Educación y Voluntariado Intergeneracional, así como los casi 1000 proyectos de organizaciones de la sociedad civil financiados durante éstos cinco años, son prueba cabal de ello. Es nuestro deber introducir la noción y la conciencia voluntaria en la vida diaria de los ciudadanos, descubriendo que desde sus vocaciones, profesiones, oficios y saberes, es posible satisfacer necesidades propias y de otros, en una relación de mutuo beneficio.
Por esto es que desde el Programa de Voluntariado dependiente de la Dirección General Fortalecimiento de la Sociedad Civil hemos desarrollado, durante los últimos años, prácticas referidas a la participación ciudadana, generando un movimiento sinérgico en la sociedad a través del voluntariado social en organismos gubernamentales y en organizaciones de la sociedad civil en general.
La tarea voluntaria es un gesto solidario, mantenido en el tiempo, mediante el cual las personas se brindan al otro de manera continua, desinteresada y responsable. Los voluntarios dedican su tiempo libre, todos sus conocimientos y esfuerzos a acompañar actividades a favor de los demás para cambiar una realidad dada. En las actividades voluntarias se generan diálogos y aprendizajes en la que todos se enriquecen, tanto beneficiarios como voluntarios. No es un pasatiempo ni un entretenimiento, es un compromiso frente al otro en el que se persigue la satisfacción a una necesidad de ambos lados.

Voluntariado en el mundo
El voluntariado es un fenómeno que involucra a cientos de millones de personas en todo el mundo, cuya importancia social, política y económica, fue destacada por las Naciones Unidas, promoviendo e impulsando el carácter comprensivo e inclusivo de esta actividad.
En 2011, al cumplirse diez años desde que la Asamblea General de la ONU, por medio de la resolución A/RES/55/57, declarara a 2001, “Año Internacional de los Voluntarios”, se celebraron en el mundo, múltiples eventos en el marco del “AIV + 10”. En Argentina la 1ra. edición del concurso “Ser Voluntario en Imágenes”, dio muestras de una actividad que es expresión única del sentido de humanidad compartida.
La ONU concibe la acción del voluntariado como un medio para:
• Contribuir al desarrollo humano y promover los derechos humanos
• Construir respeto, comprensión, confianza, solidaridad y reciprocidad
• Involucrar la voluntad, la energía y la innovación de millones de personas hacia la consecución
de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)
• Crear un entorno propicio para la participación ciudadana a través del desarrollo de políticas de voluntariado y de su promoción con regulación y legislación de apoyo para beneficiar tanto a la sociedad en general como al propio voluntario en su quehacer.
El voluntariado, como acción participativa, contribuye al desarrollo tanto desde una perspectiva social y política, como individual: puede responder a objetivos definidos incidiendo en la agenda pública, participando de la elaboración de políticas, generando beneficios de distinto orden en diferentes ámbitos de la comunidad. Pero también, mediante una actividad de voluntariado una persona puede empoderarse, adquirir confianza, habilidades y conocimientos para influir y modificar su propio mundo, promoviendo la inclusión social, la solidaridad y la transformación individual. De esta manera, el voluntariado se convierte en una estrategia fundamental que puede ayudar a las personas a dar el primer paso para involucrarse activamente en el desarrollo a largo plazo.
Para el PNUD, el voluntariado es un componente importante de cualquier estrategia de desarrollo sostenible, reducción de la pobreza, inclusión social, prevención y atención de desastres. Como ejemplo del aporte del voluntariado, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Brasil, gracias a una estrategia de uso de las nuevas Tecnologías en Información y Comunicación, TICs, con sólo 22 voluntarios en línea, logrópromover los Diálogos sobre el Desarrollo Sostenible, conocidos como Diálogos de Río+20, entre millones de ciudadanos en todo el mundo. La iniciativa del gobierno de Brasil apoyada por la ONU, creó un canal directo para la participación de la sociedad civil en la Cumbre Río+20, y gracias al activismo de los voluntarios y a la utilización de las TICs, esta conferencia recibió las opiniones y sumó la participación de un número sin precedentes en la historia de las Cumbres de ONU.
Para dar una idea de la magnitud del voluntariado en el marco de la ONU, cada año más de 11.000 voluntarios en línea se involucran en el trabajo de organizaciones de desarrollo a través del servicio de Voluntariado en Línea (www.onlinevolunteering. org), encontrando en esta nueva vía, una forma de canalizar las aspiraciones a trabajar por la paz y al desarrollo sostenible.

Esta gente, que desinteresadamente y sin segundas intenciones deciden dedicar parte de su tiempo en dar a otros, comenzaron a ocupar lugares importantes dentro del hogar, a convertirse en la ayuda que estábamos esperando. Están ahí, silenciosos, como no dándole valor a su gran tarea y cuando uno necesita no tiene más que estirar los brazos y los encuentra.
Pueden estar para ayuda escolar y de pronto uno escucha a las jóvenes que preguntan por ellos para realizar sus tareas o para rendir sus pruebas, pueden estar para los talleres y uno percibe la espera de la hora en que llegan para poder desarrollar sus aptitudes y poco a poco van ocupando lugares importantes tanto para las jóvenes como para las autoridades. Y comienzan las preguntas: hoy hay taller de costura? Hoy hay taller de cocina? Hoy viene la maestra de apoyo? A qué hora viene la profesora de arte? Y esto continúa.
Así me di cuenta del valor de estas personas y más que valor, el amor que sienten hacia el otro y sobre todo, la capacidad de dar. La calidez en el trato con las chicas y su compromiso constante hacen que se conviertan en personas imprescindibles para ellas, convirtiéndose también en importantes referentes afectivos. Y también entendí que el trabajo de quienes los capacitan y acompañan en esto de ser voluntarios, hace la diferencia.
Desde la Dirección, el equipo Técnico y todos los que trabajamos en la institución, estamos muy agradecidos por todo lo recibido y lo que diariamente nos ofrecen.

La solidaridad y el compromiso ejercidos a través del Voluntariado Corporativo
En Itaú creemos que una Organización comprometida con la RSE se construye con empleados que comulguen con esos valores. Esto supone despertar y dar lugar en la empresa a esa conciencia solidaria y a la necesidad de contribuir con la sociedad de la que formamos parte.
Postulamos que contribuir conscientemente, es mucho más que aportar dinero para un determinado fin. Es comprometerse y acercarse a la necesidad del otro, pensando en ese otro.
Entendemos que el Voluntariado Corporativo es el ejercicio de la ciudadanía empresarial a través de acciones que movilicen el activo más valioso de la empresa: Su Capital Humano. Por ese motivo, cuando comenzamos tímidamente con nuestras acciones en la comunidad, no solicitamos dinero a nuestros empleados. Trabajamos en campañas de acciones determinadas, en las que la elección de participar ya significa realizar un ejercicio de toma de conciencia.
Acciones voluntarias de Inclusión Social
En todas nuestras actividades de integración para empleados (fiesta de fin de año por ejemplo), y especialmente en la fiesta que organizamos en el Día del Niño para los hijos de empleados, pedimos como único requisito de ingreso la contribución de algún producto, juguete en este caso para donar a otros niños. De esta forma, se despierta también en nuestros hijos esa actitud de sensibilidad frente a la necesidad de otros niños.
Elegimos la modalidad de recolectar juguetes, pañales, alimentos no perecederos o útiles escolares conforme los momentos del año, y pedimos a nuestros empleados que las entreguen a las instituciones seleccionadas a través de Red Solidaria. Continuando con la inclusión social, trabajamos con la Fundación Discar en el proyecto de integrar personas con discapacidades intelectuales a nuestra Organización. Nuestra gente, a través de Discar, es preparada para recibir, colaborar e incluir a estas personas para que ocupen ciertas posiciones como empleados efectivos de nuestra Empresa.
Acciones voluntarias para mejorar la Empleabilidad de Jóvenes
Avanzando en un nivel de mayor impacto en el tiempo, hemos desarrollado a través de nuestra Fundación la Semana Itaú, la cual propone una experiencia pre-laboral para estudiantes secundarios en la que nuestros empleados son tutores aportando su experiencia y compromiso. De esta manera, los alumnos de escuelas públicas se forman una idea de su potencial de carrera y de sus posibilidades de conseguir un empleo formal, estimulándolos a continuar su formación después del secundario.
Sabiendo que en nuestro país 1 de cada 2 alumnos no aprueba todas las materias de la Escuela Secundaria, acompañamos el Programa de Becas Escolares de Cimientos para que 30 alumnos de la Escuela Nº 43 ENcyBA de González Catán, puedan continuar y finalizar la educación secundaria, contribuyendo a la mejora de sus procesos de aprendizaje. Este apoyo se cristaliza económicamente y a través de la participación voluntaria de nuestros colaboradores, en reunión con los alumnos.
Acciones voluntarias vinculadas a la Sustentabilidad
Con la participación de una significativa cantidad de colaboradores, Itaú es Sponsor Gold en la Maratón Solidaria Accenture a beneficio de la Cooperadora de la Fundación del Hospital Garrahan y del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. En la misma línea, en el edificio corporativo, tenemos instrumentada la Colecta Selectiva de papel y tapitas de plástico a ser reciclados a beneficio de la Fundación Garrahan.

Un voluntario es aquella persona que encontró una causa por la cual luchar, se animó, arriesgó y está trabajando por ella. Algunos irán detrás de causas sociales, otros apostaran por las ambientales y otros se la jugarán por las culturales. Lo importante es el tiempo, el amor y la pasión que un voluntario dedica a trabajar por la causa.
Hoy, la realidad necesita millones de voluntarios. Debemos contagiar a quienes aun están dormidos. Estoy convencido que no es por falta de ganas ni voluntad, más bien está relacionado al miedo que nos genera involucrarnos y comprometernos.
Es tarea de todos despertarnos, luchar apasionadamente por lo que creemos y reconocernos como iguales. Cuando uno descubre que desde el lugar que ocupa en la sociedad en la que vive puede comprometerse a transformarla, es imposible detenerse.
Es el inicio de un camino de búsquedas de nuevos proyectos, de soluciones alternativas, de construcción de otras realidades. Es también un camino de encuentros, con gente con los mismos sueños y los mismos ideales. Es por eso que SER VOLUNTARIO… es un camino de ida!
